AVENTURAS
DE DON QUIJOTE
MIGUEL DE
CERVANTES
NUESTRO
PERSONAJE
Vivía en un pueblo
de la mancha un señor hacendado que se llamaba Alonso Quijano,
al que todos
conocían con el sobrenombre de Bueno. Dedicaba casi todo el
tiempo libre a
leer los libros de caballería que caían en sus manos,
tanto así que
poco dormía y llego a perder el juicio y
en su locura comenzó
a pensar que era un guerrero todavía más valiente
y temerario que sus héroes
preferidos.
preferidos.
Fue entonces cuando
decidió hacerse caballero andante y junto con su caballo
y sus armas salió
de su casa en busca de aventuras y en defensa de los
necesitados y
buenas gentes que se encontraban en peligro
y dicho y hecho,
como a la cuadra contemplo a su caballo
que a pesar de ser
viejo,
flaco, feo y de mal aspecto a él le pareció bello y veloz,
busco y rebusco y decidió llamarlo Rocinante que
era un nombre
que el consideraba
sonoro y apropiado para el caballo de un caballero
de su fama. Dispuesto a vivir todas las aventuras
posibles,
un día de verano,
cuando comenzaba amanecer,
Don Quijote sin
hacer ruido para no ser descubierto por los de la casa,
salió por la
puerta de un corral, montado en su caballo y armado como
corresponde a un
caballero. Solo una idea preocupaba a
nuestro héroe,
si la suerte le
ofrecía una aventura no podría entrar en disputa con
otro caballero,
antes del anochecer y cuando se disponía
a descansar,
vio una ventana
que a él se le antojo como castillo y se dirigió hacia
ella
con el ánimo de
descansar y al mismo tiempo hacerse
armar caballero
por el dueño del
castillo.